miércoles, 30 de abril de 2014

Sobre la psicopatología del secuestro

A continuación publico una etrevista que me han hecho acerca de la psicopatología del secuestro, incluyendo aspectos relacionados con las víctimas, sus familiares y el seceustrador.

Desde su punto de vista como profesional de la psiquiatría ¿Qué es el secuestro?

El secuestro de una persona implica someterla, en mayor o menor grado, a una situación de indefensión, de humillación y de pérdida del control sobre sus actos, sus decisiones y su vida en general.
Es, por tanto, un estado de estrés crónico y severo que escapa del control del individuo.
El secuestro puede significar el aniquilamiento moral.

¿Qué consecuencias psicológicas o emocionales puede dejar en una persona que vive el flagelo del secuestro?

Las principales consecuencias psicológicas y emocionales que puede sufrir una víctima de secuestro incluyen el desencadenamiento de una serie de trastornos mentales entre los que se cuentan el trastorno de estrés agudo y el trastorno de estrés postraumático; otros trastornos de ansiedad como el trastorno de ansiedad generalizada el trastorno por angustia con o sin agorafobia, la agorafobia sin ataques de angustia, la fobia social, fobias específicas (por ejemplo, lugares, sitios cerrados, etc.). Además, trastorno depresivo mayor y otros trastornos del estado de ánimo; trastornos psicóticos; trastornos crónicos del sueño (por ejemplo, insomnio, pesadillas); disfunciones sexuales y trastornos adaptativos, entre otros.
Así mismo, el proceso de readaptación tras una experiencia de este tipo suele conducir al desarrollo de problemas familiares y sociales, así como al alcoholismo y otras adicciones.
El secuestro, especialmente en personas jóvenes, debe ser visto como una interrupción del desarrollo psicosocial del individuo. Una de las principales consecuencias desde este punto de vista es la pérdida de la visión del mundo como lugar seguro, pasando a percibirse como desolador.
Por supuesto, no todos los individuos secuestrados desarrollarán secuelas. Existen excepciones. Las variables que determinan la presencia y la gravedad de las secuelas incluyen:
  • Edad
  • Grado de madurez psicológica
  • Rasgos de personalidad
  • Estilos de afrontamiento (mecanismos de defensa)
  • Estabilidad emocional
  • Antecedentes de experiencias traumáticas graves (influyen negativamente)
  • Psicopatología previa
  • Duración del cautiverio (serán menos probables en lo que de manera ligera se conoce como “secuestro exprés”)
  • Condiciones del cautiverio amenazas para su integridad
  • Abusos sufridos (de cualquier tipo)
  • Presencia o ausencia de tortura (sin olvidar que estar secuestrado de por sí lo es)
  • Sistemas de apoyo tras la liberación
  • Intervención oportuna
¿Qué trastornos psicológicos pueden a llegar padecer los familiares de un secuestrado? ¿Hasta qué punto pueden ser peligrosos para la salud emocional de estas personas?

En los familiares de los secuestrados pueden presentarse prácticamente los mismos síntomas que en las víctimas. Destacan el estrés agudo y el estrés postraumático y otros trastornos de ansiedad, y el trastorno depresivo mayor. Otros familiares probablemente no desarrollarán criterios completos para uno de los trastornos mencionados, mas sufrirán por lo menos trastornos adaptativos. Las adicciones pueden presentarse con relativa facilidad.
De todas maneras, la vida de los familiares de los secuestrados suele estar plagada de incertidumbre y miedo, lo que se traduce en una situación estrés de estrés prolongado y severo.

¿Qué recomendaciones, tratamientos y técnicas psiquiátricas o psicológicas existen o se deben tener en cuenta para tratar trastornos emocionales de una persona que ha estado secuestrada? 

Los tratamientos diferirán de acuerdo con los trastornos que se observen en el secuestrado y en sus familiares. Grosso modo, se incluyen los siguientes:
  • Farmacoterapia: por ejemplo, antidepresivos, ansiolíticos y estabilizadores del ánimo, según el caso
  • Psicoterapia individual: un esquema cognitivo-conductual puede ser bastante útil para el manejo del estrés postraumático y de la mayoría de los demás trastornos mencionados. La aproximación terapéutica suele incluir técnicas de relajación y de desensibilización.
  • Terapia de familia
  • Terapia de pareja
  • Terapia de grupo Grupos de autoayuda
¿Qué recomendaciones o tratamientos psiquiátricos se le deben tener en cuenta para tratar trastornos emocionales para los familiares que han sufrido mucho a causa del secuestro de un familiar muy cercano?

Aunque no puede considerarse que el tratamiento será necesariamente igual en el afectado que en sus personas queridas, algunos familiares también necesitarán tratamiento psiquiátrico, incluyendo tanto agentes farmacológicos como psicoterapia. Como se ha indicado, la terapia familiar y la terapia de pareja son también herramientas sumamente útiles. Incluso, los grupos de autoayuda y la terapia grupal pueden ofrecer una gran ayuda.
Especial cuidado merecen los padres, esposos e hijos de secuestrados.

¿Cuál es el perfil psicológico principal del secuestrador?

El perfil psicológico del secuestrador se compone de elementos como:
  • Desprecio por los derechos de los demás
  • Ausencia de remordimientos
  • Justificaciones para sus actos (racionalizaciones)
  • Dificultad para aceptar figuras de autoridad
  • Dificultad para adaptarse a las normas sociales
  • Ausencia de empatía y de compasión; incapacidad para sentir el dolor ajeno
  • Egocentrismo
  • Tendencia habitual hacia las conductas delictivas
De todas maneras debe aclararse que, aunque los rasgos enumerados suelen hallarse en la mayoría de los secuestradores y de otros criminales habituales, el perfil del secuestrador no es homogéneo, y que no es el mismo perfil el del líder de la banda que el de los subordinados. El organizador del secuestro suele ser más inteligente y poseer un grado de instrucción mayor que el de sus secuaces; su perfil suele encontrarse en la personalidad antisocial, aunque pueda disfrazarse de oveja ante la sociedad. Los encargados de llevar a cabo los hechos materiales suelen ser menos inteligentes, con menor formación, fácilmente influenciables e incluso dependientes.
Tampoco son similares los perfiles del secuestrador común que el del secuestrador político; en el primero se trata de un negocio a expensas de la vida de los demás; los segundos se justifican por supuestos ideales y suelen estar ubicados en cualquiera de los extremos del fanatismo político.

¿Qué patologías mentales o emocionales pueden padecer las personas que se dedican al secuestro?

Lo más frecuente entre los secuestradores suele ser la personalidad antisocial. Sin embargo, en este tipo de organizaciones pueden, además, encontrarse personalidades limítrofes, así como débiles mentales encargados de las tareas riesgosas. Con frecuencia este tipo de sujetos presentan concomitantemente adicciones a sustancias como el alcohol y la cocaína.
Los secuestros no son planeados ni organizados por enfermos psicóticos ni por personas en crisis maníacas, depresivas o ansiosas. La psicopatología del secuestrador debe buscarse principalmente en los trastornos graves de la personalidad.

¿Qué roles debe asumir el profesional de la psicología o la psiquiatría para enfrentar situaciones de trastorno emocional en una persona que ha estado secuestrada?

El papel que debe asumir el profesional de la salud mental ante la persona que ha estado secuestrada se caracterizará por una actgitud que deberá incluir los siguientes aspectos:
  • Escucha empático.
  • Incondicional; nunca juzgar ni sugerir que el paciente pueda tener algo de culpa o responsabilidad en lo ocurrido.
  • Activo
  • Objetivo
  • Experto: se logra conduciendo la entrevista con conocimiento, sin improvisaciones
  • Identifique la contratransferencia y utilícela positivamente; renuncie a la lástima (es diferente de la empatía) y a otras distorsiones.
  • Apoyo emocional
Los anteriores papeles deben sostenerse a lo largo de todo el proceso terapéutico.

¿Más o menos qué tiempo puede tardar una persona en recuperarse de los trastornos emocionales que le causaron estar secuestrado?

El tiempo de recuperación variará en función de las condiciones del cautiverio, del trastorno presentado y de las características individuales del secuestrado. Puede ser de unos pocos meses hasta años. Hay personas que no se recuperarán completamente jamás. Algunos, como se ha mencionado, no presentarán perturbaciones más allá de la etapa de readaptación.

¿De qué manera cambia la vida para una persona que ha sido secuestrada? ¿De igual forma para los familiares, en especial los padres, los hijos y el cónyuge?

La manera cómo cambia la vida de una persona secuestrada depende de diversas variables, entre las que se incluyen:
  • Tiempo de permanencia en cautiverio
  • Maltratos y torturas recibidos
  • Ausencia de comunicación con sus seres queridos
  • Evidencias o no de supervivencia
  • Trastornos mentales desarrollados en el secuestrado
  • Trastornos mentales desarrollados en los familiares
  • Estabilidad y funcionalidad familiares
El distanciamiento prolongado y la incertidumbre acerca de la supervivencia pueden llevar a la elaboración de duelos que pueden, a su vez, finalizar en ruptura de vínculos afectivos. Para una familia puede ser difícil rehacer vínculos y acostumbrarse a la presencia física de un secuestrado a quien se le ha dado por muerto.
Con frecuencia el secuestro prolongado trae como consecuencias divorcios y desintegración completa de la familia.
Por otra parte, las perturbaciones emocionales presentes en el liberado y en su familia suelen dificultar la convivencia. Síntomas comunes en quienes han estado secuestrados, como, por ejemplo, irritabilidad, tristeza, angustia, pérdida de la capacidad de experimentar placer, embotamiento afectivo y dificultad para iniciar nuevas relaciones y para confiar en los demás, obstaculizan el restablecimiento de las relaciones familiares y la readaptación social.

¿Qué aspectos emocionales pueden marcarse y cambiar en una persona con el solo hecho de haber estado secuestrada? 

El espectro es amplio. Sin embargo, se presentan síntomas emocionales comunes en el individuo que ha estado expuesto al secuestro y a otras situaciones traumáticas y que pueden persistir durante tiempo prolongado o indefinido, representando incluso un cambio duradero y evidente en la persona, incluyen la sensación de enajenamiento, el embotamiento afectivo, la dificultad para iniciar nuevas relaciones y para confiar en los demás, la pérdida del interés y del placer, desapego, restricción de la vida afectiva y visión de un futuro desolador.

¿Cuál suele ser la reacción de los familiares cuándo se enteran que un miembro de suyo ha sido secuestrado?

La reacción de los familiares cuándo se enteran de que un miembro de su grupo ha sido secuestrado suele seguir el proceso clásico del duelo, si bien la negación puede adquirir proporciones mayores. Así mismo, la reacción, una vez entendida la nueva situación, suele ser de impotencia, desesperanza u horror.

¿Cuáles pueden ser las consecuencias psicológicas o emocionales que pueden llegar a padecer los familiares de un individuo que estuvo secuestrado, y por desgracia muere o es asesinado en cautiverio?

El duelo experimentado por los familiares de una persona que ha muerto en cautiverio tiene más probabilidades de complicarse que el duelo que se experimenta tras la muerte de alguien que ha fallecido en casa o cerca a su familia. Por ejemplo, la culpa puede alcanzar grandes proporciones. La negación, total o parcial, puede persistir durante años o durante toda la vida, especialmente si no se ve el cuerpo.

¿Qué causa más daño psicológico durante el tiempo que una persona está secuestrada: los maltratos físicos o los emocionales?

Tanto los maltratos físicos como los psicológicos pueden traer consecuencias emocionales. Todo depende de la severidad y duración de las agresiones, por una parte, y de las características personales que hagan más o menos vulnerable al individuo, por la otra.