El pianista Maurice Ravel.
Por: Académico Álex González Grau, MD.
¿Qué tienen en común el Che Guevara, Maurice Ravel, Milton Friedman,
Sigmund Freud, Theodore Roosevelt, Ulysses S. Grant y Charles Darwin?
¿Cuál es el común denominador que une a un carismático líder
revolucionario argentino, un destacado músico francés, un ganador del
premio nobel de economía, un neurólogo conocido como el creador del
psicoanálisis, dos presidentes estadounidenses, y un naturalista inglés
conocido por la teoría de la selección natural? ¿Qué elemento común
relaciona personas tan diversas y pertenecientes a entornos y
circunstancias disímiles?
Introducción
Aparte de la obvia condición de que se trata de personajes
históricos, cada uno destacado en su campo, la respuesta a estos
interrogantes podemos encontrarla no en algo que tuvieron, sino
precisamente en algo de lo que carecieron. En efecto, en cada uno de los
mencionados se manifestó un déficit neurológico que no les impidió
pasar a la historia – ni siquiera les obstaculizó para seguir adelante
con sus profesiones – pero seguramente les privó de disfrutar de uno de
los placeres comunes a todas las culturas que forman la humanidad.
Guevara, Ravel, Friedman, Freud, Roosevelt, Grant y Darwin, al igual que
muchos otros famosos, padecieron manifestaciones variadas de una
alteración neurológica conocida como amusia. Esta circunstancia resulta
particularmente curiosa y trágica en quien fuera uno de los mayores
genios musicales del siglo XX: Maurice Ravel.
La amusia es la incapacidad para comprender o expresar la música debido a
daño cerebral orgánico. Puede ser congénita o adquirida y se divide en 2
grandes grupos: receptora y expresiva. El procesamiento cerebral de la
música es semejante al procesamiento del lenguaje, tanto en su
comprensión como en la expresión. Al emplear códigos y servir como vía
de comunicación de información y de emociones, la música se considera un
lenguaje en sí misma. Las alteraciones que se presentan en relación a
su procesamiento son así mismo bastante similares a las que comprometen
el lenguaje verbal y escrito.
Elementos fundamentales para el procesamiento musical y amusia
Alossa y Castelli plantean que como lenguaje, la música es un
rasgo universal de los seres humanos; es, a la vez, una habilidad
compleja con características únicas en comparación con otras facultades
cognitivas. Sin embargo, varios aspectos están abiertos al debate. Por
ejemplo, si la música como función es independiente del resto del
sistema cognitivo, y si las habilidades musicales son mediadas por un
mecanismo simple o por una combinación de procesos independientes entre
sí. Incluso los correlatos anatómicos de la música deben ser aclarados.
Para el procesamiento musical son esenciales tanto el sentido del ritmo
como de la altura de los sonidos. La altura es un parámetro que se usa
para determinar la percepción del tono de un sonido, el cual está
determinado por la frecuencia. Así, la altura el sonido determina cada
nota. De acuerdo a su altura, los sonidos serán altos o agudos y bajos o
graves. La frecuencia del sonido se mide en hercios (Hz). Los hercios
equivalen al número de ciclos por segundo que vibra una onda sonora. A
mayor frecuencia (mayor número de ciclos por segundo) mayor será la
altura del sonido y más agudo será este En síntesis, un sonido será más
alto (agudo) o más bajo (grave) de acuerdo a su mayor o menor
frecuencia. Merece la pena anotar que el oído humano es capaz de
percibir los sonidos que se encuentren entre 16 hercios y 20.000
hercios. El ritmo, por otra parte, tiene que ver con las maneras en que
se agrupan los sonidos y silencios en una composición. Es decir, con la
organización de los sonidos en cuanto a la frecuencia de su repetición a
lo largo de la obra, y contribuye a la estructura musical.
Las alteraciones en el procesamiento de la altura de los sonidos y
del ritmo se traducen clínicamente en amusia. La sordera para el tono es
la carencia de la percepción de la altura relativa de las notas. Es la
verdadera amusia, y consiste en la incapacidad para percibir de manera
natural las diferencias entre las notas musicales que conforman una
melodía. La persona afectada no será capaz de escuchar las variaciones
tonales que caracterizan la música, sino que percibirá ruidos monótonos y
sin significado musical. La sordera para el ritmo consiste en la
incapacidad para percibir o seguir este elemento musical. Esta
alteración tiene entre sus repercusiones la incapacidad para bailar.
Clasificación
La amusia se divide en dos grandes grupos: receptiva y
expresiva, según esté afectada la capacidad de comprender la música o de
emitirla. La amusia receptiva consiste en la incapacidad para reconocer
las características de la música como tal. La amusia expresiva tiene
que ver con la incapacidad para producir o ejecutar música. En ambos
casos nos referimos, por supuesto, al resultado de un daño cerebral
orgánico. A su vez, la clasificación de la amusia incluye también la
amusia vocal, la alexia musical, la amusia o apraxia instrumental, la
agrafia musical, la amnesia musical y los trastornos del sentido del
ritmo. Frecuentemente, la amusia expresiva (ejecutoria) se presenta
simultáneamente con la afasia de expresión, mientras que la amusia de
receptiva (comprensión) acompaña a la afasia equivalente. Sin embargo,
la amusia puede presentarse en ausencia de afasia. Al mismo tiempo,
algunos pacientes con afasia de expresión pueden cantar palabras.
Respecto al sitio de las lesiones, en la amusia de comprensión la lesión
es principalmente temporal, mientras que en la amusia de expresión la
lesión es frontal. Si existe afasia concomitante con la amusia, la
lesión cerebral suele encontrarse en el hemisferio izquierdo.
De otro lado, la noción de dominancia hemisférica musical ha venido
siendo reemplazada por el concepto que involucra una red modular e
interconectada que involucra ambos hemisferios cerebrales. Tales módulos
son moldeados por la genética y por la experiencia.
El análisis tradicional de déficits y lesiones ha sugerido que el
reconocimiento de melodías y del tono musical son funciones del lóbulo
temporal derecho, mientras que el análisis del tono, el ritmo y el tempo
involucra el lóbulo temporal izquierdo. Douglas KM y Bilkey DK han
sugerido que la amusia se relaciona firmemente con un déficit en el
procesamiento espacial, y que el procesamiento del tono musical depende
de los mecanismos cognitivos que se emplean para procesar las
representaciones espaciales en otras modalidades.
Desde el punto de vista de su presentación en cada individuo, la
amusia puede darse de manera primaria o secundaria; es decir, la amusia
puede ser congénita o adquirida. En el primer caso nos referimos a la
alteración que se ha presentado a lo largo de toda la vida del afectado.
En el segundo hacemos alusión a la amusia que se instala como
consecuencia de una lesión adquirida en algún momento de la existencia.
Respecto a su frecuencia, la amusia puede afectar hasta al 4 % o 5 % de
la población, aunque Douglas KM y Bilkey DK fijan la amusia congénita o
sordera para el tono en 4,00 %.
Maurice Ravel y la amusia
No deja de ser irónico el hecho de que haya padecido la amusia
precisamente quién fuera uno de los mayores genios musicales del siglo
XX. En los últimos cinco años de su vida, Ravel sufrió una enfermedad,
aún sin identificar a ciencia cierta, que afectó su cerebro
ocasionándole afasia, apraxia, alexia, agrafia y amusia. Esta fue la
razón por la cual Ravel no pudo continuar componiendo durante los
últimos años de su vida.
Maurice Ravel nació el 7 de marzo de 1875 y murió el 28 de diciembre de
1937. Ravel fue un compositor francés impresionista. Aunque buena parte
de su música para piano, de cámara y orquestal ha pasado a ser parte
del repertorio habitual de los conciertos, Maurice Ravel es conocido
principalmente por su Bolero, escrito en 1928. Curiosamente, Ravel
consideró que esta pieza musical no tenía mayor trascendencia.
Independientemente de esta observación, la obra le dio fama a su
autor, ha sido ampliamente difundida a través de los medios de
comunicación y es familiar al oído de cualquier aficionado a la música.
Sin embargo, la obra de Maurice Ravel va mucho más allá, y abarca obras
para piano, obras orquestales, música de cámara, música vocal y obras
líricas. Además, realizó numerosos arreglos a obras propias y ajenas.
Las obras de Ravel han estado entre las más difundidas y exportadas de
la música francesa. Entre ellas destacan el ya mencionado Bolero,
Rapsodia Española, Dafnis y Cloe, Concierto en sol mayor para piano y
orquesta, Concierto para la mano izquierda, Gaspard de la nuit, Mi madre
la oca y un largo etcétera. Ravel también ha destacado por sus arreglos
de obras propias y de otros compositores como Claude Debussy y Modést
Mussorgsky.
Maurice Ravel fue hijo de un matrimonio feliz y acomodado y estuvo
familiarizado con el medio artístico desde temprana edad. Niño prodigio,
Ravel demostró su talento para el piano desde los seis años, facultad
que fue apoyada por sus padres. Ravel atribuía a su padre haber
mantenido su interés por la música. Ravel ingresó al Conservatorio de
París a los catorce años de edad. Sus primeras obras, compuestas antes
de cumplir los veinte años, dieron muestra de su personalidad y
maestría. Recibió clases de Gabriel Fauré y fue un gran admirador de
Erick Satie. Antes de cumplir los veinticinco años, Ravel era un
compositor reconocido. Desde los veinticinco hasta los cuarenta y tres
años de edad transcurrieron los mejores años de maduración musical de
Maurice Ravel. A pesar de la presentación de una serie de circunstancias
adversas, como fueron la Primera Guerra Mundial, el hecho de atravesar
períodos de éxitos y de fracasos, la muerte de su madre y haber sido
intervenido de peritonitis, fueron estos los años de la madurez musical
de Ravel.
Al haber alcanzado plena madurez y desarrollo, musical, Ravel fue
considerado el sucesor de Claude Debussy. A los cuarenta y cinco años
rechazó la distinción que lo nombraba Caballero de la Legión de Honor.
Durante este período de su creación musical se retiró a una casa en los
alrededores de parís, dónde compuso sus últimas obras. De Ravel se
conoce que era muy sociable, generoso y fiel. A los cincuenta y tres
años realizó una gira por América del Norte que le deparó éxitos
indiscutibles. De vuelta a París compuso el Bolero. Fue en esa época
cuando recibió el doctorado en música honoris causa de la Universidad de
Oxford. A continuación compuso otras dos obras maestras: el Concierto
para la mano izquierda y el Concierto en sol mayor para piano y
orquesta, acerca de los cuales se afirma que su enfermedad neurológica
fue determinante en los resultados de la composición. Este concepto, sin
embargo, se discute, dado que desde antes de componerlas, Ravel venía
presentando síntomas neurológicos consistentes en alteraciones de la
motricidad y del lenguaje, tanto hablado como escrito. En ese momento
también se afectó su capacidad para interpretar música y para dictarla,
aunque conservaba la capacidad para apreciarla y para componerla.
Incluso, se ha llegado a plantear que Ravel padeció la Enfermedad de
Pick. Sin embargo, la duración del cuadro y la misma expresión clínica
contradicen este diagnóstico. Es muy probable que sus síntomas se hayan
debido a un accidente en automóvil que experimentó en el otoño de 1932.
Además, Ravel se sometió a una craneotomía en 1937. Al parecer esta
operación fue originada por un hematoma subdural, aunque otros afirman
que fue un intento de salvar su cerebro. Esta intervención, sin embargo,
llevó a la muerte al genial músico.
Discusión
Como hemos mencionado, la amusia consiste en una alteración
neurológica caracterizada por la incapacidad para apreciar o reproducir
la música. La principal anormalidad observada tiene que ver con la
incapacidad para diferenciar las diferencias en la altura de las notas
musicales. Aunque se han descrito los casos que comprometen a personajes
históricos, este trastorno es más común en la población general de lo
que se cree. La amusia puede manifestarse en relación con el tono
musical o con el ritmo. Así mismo, puede afectar tanto la comprensión
como la expresión musical. Sus similitudes con la afasia son evidentes,
pero no siempre la amusia se presenta de manera simultánea a aquella.
Maurice Ravel fue uno de los músicos más influyentes del siglo XX.
Excelente pianista manifestado y apreciado desde edades tempranas, su
creación musical es amplia y variada. Ravel ha sido uno de los
compositores franceses cuya producción musical ha sido más exportada a
otros países. Sus obras hacen parte del repertorio de concierto habitual
contemporáneo y son ampliamente conocidas. En síntesis, su legado
musical es incuestionable. Paradójicamente, su vida en general y su
creación musical en particular fueron afectadas por la aparición de un
síndrome degenerativo del sistema nervioso central de etiología
incierta. Entre las características de este síndrome se encontraba la
dificultad para escribir música o para transmitirla. Para empeorar las
cosas, la muerte lo encontraría cuando aún este genial compositor, a
pesar de los déficits descritos, podría haber continuado creando obras
que continuasen su espléndida producción musical.
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