sábado, 28 de enero de 2023

Sobre la depresión

La depresión es un problema de salud pública. Afecta a individuos de cualquier edad y es más frecuente en mujeres. Existen diversos tipos de depresión. La "depresión" es un síndrome; es la expresión final de diversos procesos fisiopatológicos que guardan coincidencias en sus manifestaciones clínicas. El tratamiento es interdisciplinario e incluye fármacos psicoterapia y cambios en el estilo de vida. La principal complicación es el suicidio.

En el siguiente enlace encontrarás una descripción de la depresión:

https://youtu.be/MtBsyH3cxxA

Gracias por tu visita

domingo, 9 de octubre de 2022

El estigma de las enfermedades mentales

El principal problema que tienen que enfrentar las personas afectadas por trastornos mentales es el estigma social. El temor al rechazo social hace que la persona se niegue a reconocer su padecimiento y a buscar tratamiento. Así mismo, restringe su interacción familiar y social y su participación académica y laboral. La discriminación es el alto precio que deben pagar quienes sufren una enfermedad mental. Este hecho complica el padecimiento y lesiona el disfrute y la calidad de vida del paciente.

A pesar de que se cuenta con avances en la comprensión biopsicosocial de las afecciones mentales, en términos generales le cuesta trabajo a la población entender y aceptar que el padecimiento de un trastorno mental es la expresión de una alteración a nivel cerebral. Por supuesto, no basta con la simple genética; por ello se emplea el término biopsicosocial. En realidad, podemos generalizar diciendo que las enfermedades mentales son la expresión final de una interacción entre una predisposición genéticamente determinada y la exposición a circunstancias medioambientales que actúen como detonantes del trastorno.

Tal vez parte de la dificultad para aceptar que las alteraciones de las emociones y del comportamiento tienen su asiento en el cerebro se debe a que, a diferencia de lo que ocurre con otros órganos, las manifestaciones de aquél son abstractas o complejas. Es más fácil entender que los músculos y los huesos sirven para moverse, que comprender que funciones impalpables como los sentimientos, las reacciones emocionales, la memoria, el pensamiento y el temperamento tengan su respaldo en la anatomía, la fisiología y la bioquímica. Dicho en otras palabras, aunque aparentemente sea algo evidente, probablemente no sea fácil entender que las funciones mentales tienen su asiento en un órgano. Reflexionemos un poco: si es difícil aceptar que las ideas, emociones y comportamientos “normales” son el resultado de la biología del cerebro, es mucho más difícil comprender que los comportamientos “anormales” son la expresión de procesos fisiopatológicos del mismo órgano.

En este punto debo hacer un paréntesis y anotar que no me gusta emplear los términos “normal” y “anormal” para referirme a las variaciones en la expresión de las funciones mentales. Prefiero hablar en términos de funcionalidad. Como bien lo anotó Freud, la normalidad es una ficción ideal. Además, son términos que aumentan la discriminación. Me gustaría que levantara la mano quien crea que es completamente “normal”, y que me explique qué se siente.

Volviendo al tema que nos ocupa, la discriminación hacia las personas que sufren trastornos mentales está tan generalizada que incluso se manifiesta entre los profesionales de la salud. No me refiero al trato deshumanizado que en no pocas ocasiones se da a los pacientes en clínicas, hospitales y fuera de ellos, sino a la manera en que son percibidos debido a su condición. Con frecuencia se emplea el término “psiquiátrico” para referirse a quien padece desde un trastorno de ansiedad hasta una esquizofrenia. Todo el mundo en el mismo saco. Como se ve, es un trato denigrante y peyorativo.

Una expresión que se usa con frecuencia para referirse a quienes reciben tratamiento farmacológico para un trastorno mental consiste en decir que “está medicado”. Esta expresión dista mucho de la comprensión, la empatía, la solidaridad y el respeto. En realidad, se emplea con la intención de decir que la confiabilidad e idoneidad del sujeto son dudosas por el hecho de encontrarse bajo tratamiento psiquiátrico. Mi pregunta es muy simple: ¿Qué hay de malo en recibir tratamiento para un padecimiento? ¿Acaso no es peor dejar que los trastornos avancen y nos perturben y trastoquen la existencia?

En vez de decir de manera irresponsable e irrespetuosa que alguien es “psiquiátrico” y “está medicado”, debemos recordar, de manera respetuosa y considerada, que se trata de una persona aquejada por un trastorno mental (lo que le puede pasar a cualquiera) y que, tal como debe ser, está siguiendo el tratamiento prescrito a conciencia por su psiquiatra.

A propósito de lo mencionado en los dos párrafos anteriores, debemos recordar que, gracias al descrédito que se les ha dado en los medios, los medicamentos de uso en psiquiatría tienen pésima reputación entre el público general. La mayoría de la gente cree (sin bases, por supuesto) que, sin excepción, estos fármacos mantienen al paciente en estado de sedación y le causan dependencia. Nada más alejado de la realidad que estas falacias. Gracias a la mala publicidad, los pacientes se rehúsan a acatar las prescripciones, a la vez que familiares y allegados torpedean el proceso terapéutico pasando por encima de lo convenido en la consulta.

La psiquiatría es, de todas las ramas de la medicina, la más utilizada para ofender a las personas. De manera atrevida, los nombres de los trastornos psiquiátricos son utilizados para devaluar, humillar, irrespetar y, especialmente, descalificar a quien por cualquier motivo no goza de nuestros afectos o exhibe un comportamiento que no se ciñe a nuestros parámetros de comportamiento. Términos como “esquizofrénico”, “psicótico”, “demente”, “ansioso”, “depresivo”, “bipolar”, son empleados con los fines mencionados sin que se sepa verdaderamente en qué consisten. Lo peor es que incluso los médicos caen en este vergonzoso hábito.

Las devastadoras consecuencias de estos perniciosos hábitos son las mencionadas al principio de este texto: las personas no aceptan su diagnóstico, no buscan atención, rehúsan el tratamiento y se avergüenzan ante una sociedad que debería avergonzarse de su ignorancia y de su insensibilidad.

A pesar de todo lo anterior, aún hay esperanzas en que las cosas cambien. Por ejemplo, la Gran Logia Unida de Inglaterra ha destinado más de medio millón de libras a apoyar a distintas instituciones que afrontan el efecto devastador de la pandemia sobre la salud mental. Uno de los principales proyectos en los que se ha volcado es Young Minds, a través del que esperan poder apoyar a cerca de 1,4 millones de jóvenes. Esta iniciativa se centra en apoyar instituciones que tengan objetivos en los ámbitos de los problemas de salud mental, la convivencia con el trastorno bipolar y la prevención del suicidio juvenil.

Inversiones como la mencionada no sólo buscan mejorar las condiciones de salud mental de la población, sino restaurar la dignidad de los afectados por enfermedades mentales, creando conciencia social sobre la magnitud del problema y educando sobre su naturaleza.

Esperemos que en nuestro país podamos ver mayor inversión estatal y privada en la salud mental, la eterna cenicienta del funesto cuento de hadas de nuestro sistema de salud.

Alex González Grau, M. D.

Psiquiatra, Universidad de Cartagena.

Este artículo fue publicado en

https://www.eluniversal.com.co/salud/el-estigma-sobre-las-enfermedades-mentales-AA5435299 

domingo, 11 de septiembre de 2022

Qué son las ideas delirantes

Las ideas delirantes son creencias erróneas que no se pueden reducir a pesar de la evidencia en contra. Existen diversos tipos de ideas delirantes; entre ellas las de grandiosidad, místicas, de perjuicio, de referencia, persecutorias, somáticas, etc. Las ideas delirantes son, junto con las alucinaciones, uno de los síntomas psicóticos por excelencia. Las ideas delirantes se encuentran principalmente en los trastornos psicóticos, aunque no son exclusivas de éstos.

En el siguiente enlace encontrarás una descripción de las ideas delirantes:

https://youtu.be/bH7K2MIN1Qs


lunes, 15 de agosto de 2022

Las fobias

Las fobias son miedos irracionales que afectan a un buen porcentaje de la población. Las fobias específicas se dividen en fobias situacionales, medioambientales, animales y sange-inyección-daño. Además, existen la fobia social y la agorafobia. Las fobias pueden llegar a ser incapacitantes. Las personas afectadas no consultan por vergûenza o porque no saben que existen tratamientos.

En el siguiente enlace encontrarás una breve descripción acerca de las fobias.

https://youtu.be/fltH6LYehoM

 

viernes, 26 de diciembre de 2014

Respuesta a Álvaro

Álvaro hace la siguiente consulta:
'Tengo un sentimiento de tristeza y ansiedad que se genera por pensamientos que se repiten en mi mente. ¿Es posible reeducar la mente y interpretar las malas esperiencias de otra manera y no terminar asi?'.
En principio, permíteme, Álvaro, agradecer por tu participación en este blog.
Pasando al análisis de su motivo de consulta, Álvaro nos habla de pensamientos que se repiten en su mente y le producen tristeza y ansiedad. Se cae en la tentación de pensar que se trata de pensamientos desadaptativos automáticos (ideas depresivas) generadoras de malestar psicológico. Sin embargo, léase bien, Álvaro menciona una característica clave para referirse a estos pensamientos que llevan a los síntomas anotados. Tal característica consiste en que aquellos se repiten.
Podemos, por tanto, inferir que se trata de pensamientos que se presentan y se repiten en contra de su voluntad. Álvaro, además, experimenta estos pensamientos como algo desagradable; es claro que no se siente a gusto con ellos. Son, por tanto, egodistónicos; no los percibe como algo natural o propio de él.
Es muy probable que estemos ante la presencia de obsesiones, hallazgo bastante frecuente en la población general.
De acuerdo con la Asociación Psiquiátrica Americana, las obsesiones consisten en ideas, pensamientos, impulsos o imágenes de carácter persistente que el individuo considera intrusas e inapropiadas y que provocan una ansiedad o malestar significativos. Esta cualidad intrusa e inapropiada que caracteriza las obsesiones se ha venido a denominar egodistónica, concepto que hace referencia a la sensación que tiene el individuo de que el contenido de la obsesión es ajeno a su control y no encaja en el tipo de pensamientos que él esperaría tener. El individuo es capaz de reconocer que estas obsesiones son el producto de su mente y no vienen desde fuera. Según la misma fuente, con frecuencia el individuo que padece obsesiones intenta ignorarlas, suprimirlas o neutralizarlas mediante compulsiones.
Las obsesiones y las compulsiones se encuentran en una variedad de trastornos mentales, aunque donde dominan el cuadro clínico es en el trastorno obsesivo compulsivo. Debe aclararse, sin embargo, que aunque con frecuencia coincidan, no es necesario que se presenten ambos síntomas para hacer el diagnóstico. Según la Asociación Psiquiátrica Americana, la característica esencial del trastorno obsesivo compulsivo es la presencia de obsesiones o compulsiones de carácter recurrente.
Considerando todo lo anteriormente expuesto, es muy probable que Álvaro, quien gentilmente ha consultado, padezca este tipo de alteración. De hecho, el trastorno obsesivo compulsivo es bastante común; afecta aproximadamente al 2,5 % de la población.
Respecto al tratamiento, éste suele hacerse mediante la combinación de terapia cognitivo conductual y farmacoterapia.
El pronóstico es variable. La mayoría de los individuos presentan un curso crónico, con exacerbaciones asociadas generalmente a eventos estresantes. Por tanto, dentro de las herramientas terapéuticas es fundamental alcanzar un correcto manejo del estrés.
Como se ha dicho, esta entidad es muy frecuente. Un objetivo realista consiste en restar importancia a lo síntomas y minimizar sus consecuencias sobre la vida del afectado. De hecho, cualquier persona puede presentar en algún momento de su vida este tipo de síntomas. Lo que en últimas diferenciará al individuo afectado de un TOC de una persona que presente estos síntomas dentro de la normalidad relativa suele ser, precisamente, la importancia que se les de a los hallazgos clínicos, el tiempo que ocupen, el malestar que ocasionen y las repercusiones sobre el funcionamiento cotidiano.
Por último, debe aclararse, por supuesto, que esta explicación no pretende reemplazar una consulta psiquiátrica formal. Después de esta orientación, la recomendación es, por supuesto, consultar al médico o al psicólogo de confianza.


jueves, 25 de diciembre de 2014

Normalidad violenta y violencia normal


En relación con la celebración de Nochebuena de 2014 me han llamado la atención varios titulares de la prensa de Colombia. Veamos algunos de ellos:
Refiriéndose a datos de todo el país, El Universal de Cartagena titula:
La misma información es difundida mediante Vanguardia
Semana, una de las revistas más prestigiosas del país se expresa en los siguientes términos:
A continuación subtitula: 
'Las autoridades reportaron cuatro casos de quemados con pólvora y cerca de mil riñas en Bogotá. El balance es positivo'. 
El Tiempo, diario capitalino, uno de los más leídos e influyentes en Colombia, publica:
'Balance positivo en Nochebuena: disminuyeron homicidios y riñas'.
'Según la Policía, no se presentaron víctimas por balas perdidas ni por accidentes de tránsito'.
Solo con leer estos titulares el lector puede hacerse una idea del estado de salud mental del país. Si revisa el texto tendrá mayor sustento para apreciar que el optimismo que plantean estas noticias es ilusorio.
El Espectador, uno de los periódicos más importantes de Colombia, se muestra más cauto. Veamos algunos de sus titulares:
'Más de mil riñas y cuatro quemados con pólvora en Bogotá durante la noche de Navidad'.
El subtítulo no es muy alentador:
'La policía reportó además 415 accidentes de tránsito'.
'Se registraron 36 homicidios en noche buena'.
'El mayor número de casos se presentó a raíz de intolerancia y el excesivo consumo de licor'.
 
Se supone que debería ser una noche de paz, noche de amor, y que nuestros corazones estarían inundados del espíritu de la Navidad.

Este blog desea una Feliz Navidad a sus lectores y participantes.