viernes, 26 de diciembre de 2014

Respuesta a Álvaro

Álvaro hace la siguiente consulta:
'Tengo un sentimiento de tristeza y ansiedad que se genera por pensamientos que se repiten en mi mente. ¿Es posible reeducar la mente y interpretar las malas esperiencias de otra manera y no terminar asi?'.
En principio, permíteme, Álvaro, agradecer por tu participación en este blog.
Pasando al análisis de su motivo de consulta, Álvaro nos habla de pensamientos que se repiten en su mente y le producen tristeza y ansiedad. Se cae en la tentación de pensar que se trata de pensamientos desadaptativos automáticos (ideas depresivas) generadoras de malestar psicológico. Sin embargo, léase bien, Álvaro menciona una característica clave para referirse a estos pensamientos que llevan a los síntomas anotados. Tal característica consiste en que aquellos se repiten.
Podemos, por tanto, inferir que se trata de pensamientos que se presentan y se repiten en contra de su voluntad. Álvaro, además, experimenta estos pensamientos como algo desagradable; es claro que no se siente a gusto con ellos. Son, por tanto, egodistónicos; no los percibe como algo natural o propio de él.
Es muy probable que estemos ante la presencia de obsesiones, hallazgo bastante frecuente en la población general.
De acuerdo con la Asociación Psiquiátrica Americana, las obsesiones consisten en ideas, pensamientos, impulsos o imágenes de carácter persistente que el individuo considera intrusas e inapropiadas y que provocan una ansiedad o malestar significativos. Esta cualidad intrusa e inapropiada que caracteriza las obsesiones se ha venido a denominar egodistónica, concepto que hace referencia a la sensación que tiene el individuo de que el contenido de la obsesión es ajeno a su control y no encaja en el tipo de pensamientos que él esperaría tener. El individuo es capaz de reconocer que estas obsesiones son el producto de su mente y no vienen desde fuera. Según la misma fuente, con frecuencia el individuo que padece obsesiones intenta ignorarlas, suprimirlas o neutralizarlas mediante compulsiones.
Las obsesiones y las compulsiones se encuentran en una variedad de trastornos mentales, aunque donde dominan el cuadro clínico es en el trastorno obsesivo compulsivo. Debe aclararse, sin embargo, que aunque con frecuencia coincidan, no es necesario que se presenten ambos síntomas para hacer el diagnóstico. Según la Asociación Psiquiátrica Americana, la característica esencial del trastorno obsesivo compulsivo es la presencia de obsesiones o compulsiones de carácter recurrente.
Considerando todo lo anteriormente expuesto, es muy probable que Álvaro, quien gentilmente ha consultado, padezca este tipo de alteración. De hecho, el trastorno obsesivo compulsivo es bastante común; afecta aproximadamente al 2,5 % de la población.
Respecto al tratamiento, éste suele hacerse mediante la combinación de terapia cognitivo conductual y farmacoterapia.
El pronóstico es variable. La mayoría de los individuos presentan un curso crónico, con exacerbaciones asociadas generalmente a eventos estresantes. Por tanto, dentro de las herramientas terapéuticas es fundamental alcanzar un correcto manejo del estrés.
Como se ha dicho, esta entidad es muy frecuente. Un objetivo realista consiste en restar importancia a lo síntomas y minimizar sus consecuencias sobre la vida del afectado. De hecho, cualquier persona puede presentar en algún momento de su vida este tipo de síntomas. Lo que en últimas diferenciará al individuo afectado de un TOC de una persona que presente estos síntomas dentro de la normalidad relativa suele ser, precisamente, la importancia que se les de a los hallazgos clínicos, el tiempo que ocupen, el malestar que ocasionen y las repercusiones sobre el funcionamiento cotidiano.
Por último, debe aclararse, por supuesto, que esta explicación no pretende reemplazar una consulta psiquiátrica formal. Después de esta orientación, la recomendación es, por supuesto, consultar al médico o al psicólogo de confianza.


No hay comentarios:

Publicar un comentario